Me encontraba en mis clases de costura, a las que voy mas por pasearme que por lo que coso ya que mi brazo sigue un poco convaleciente, cuando llegó otra chica que se ha quedado embarazada por fecundación in-vitro tras varios intentos de inseminación artificial, proceso que hemos ido viviendo a lo largo de muchos meses con sus idas y venidas. Pues en esa conversación hablaba de sus "compañeras de embarazo", todas aquellas que están viviendo el proceso de inseminación y/o in-vitro con ella y que se cuentan sus molestias, como van en sus banderillas y demás.
A ella/s, que nunca juzgo y entiendo perfectamente sus deseos de maternidad llevándolas a ese grado de sufrimiento, anhelo y deseo por tener a sus hijos pese a que yo haya decidido otra vía de maternidad, a que yo no necesito gestar, parir y amamantar a mi hij@ porque estoy convencida de que eso no me hace madre, porque no necesito la sangre para sentir que ese niño/a sea mi hijo/a. Que tampoco cuestiono los tratamientos gratuitos para unas y de pago para otras, aunque yo tendría que pagarlos mientras que de mi aporte al estado se benefician otras... eso es otro tema
En esa conversación de como iba su embarazo, en un momento dado me respondió "Hombre, si tu tienes ganas de que llegue tu hij@ imagínate nosotras que nos hemos tenido que poner un montón de hormonas, que tenemos que estar yendo al médico cada dos por tres, que llevamos tanto esperando y pasándolo mal, ...no es lo mismo. Es que tu vas a recoger a uno de la calle como quien dice, el mio va a ser de mi sangre, mio de verdad"
Os aseguro que no solo se me cambió la cara, no daba crédito a lo que estaba escuchando, y mi respuesta única fue "Te equivocas en todo, yo voy a ser TAN MADRE COMO TU".
...
Se que todos vosotros entendéis perfectamente mis sentimientos, mi familia y mis amigos que viven conmigo el proceso de adopción ilusionándose de cada paso, de cada escalón que me hace estar mas cerquita de mi deseada Carita de Canela. Me dolió y mucho, en casa lloré también hasta cansarme, pero sobre todo pensé en cuanto tengo que enseñarle a mi hij@ que fue muy querid@ y desead@, que no es un hij@ de segunda sino tan de primera como cualquier otro niñ@. Que en mi corazón da igual el color, la raza, el sexo, que solo quiero cuidarl@ y protegerl@, enseñarle a ser una maravillosa persona y sobre todo que sea feliz. Que lo importante no es la sangre ni la piel sino ese corazón que es el que nos hace mejores personas. Que el AMOR es lo que nos hace ser familia por encima de los rasgos físicos y que no hay nada mas importante que quererse. Que da igual si naces en Málaga, Madrid, India o en Marte, que no es recogid@ sino amad@ tanto que haré muchos kilómetros en avión para recogerl@ y darle todo mi amor. Que llevo mucho tiempo soñando con su carita, mi Carita de Canela, mi bebé, ... cuanto amor tengo para darle y voy guardándole hasta que por fin esté aquí.
Es necesario empoderar a nuestros hijos, darles el amor y cariño que cualquier padre o madre le da a sus hijos pero es imprescindible darles el conocimiento y las herramientas para que cuando alguien quiera herirlos o simplemente digan estas cosas con normalidad porque así lo sienten, ellos no duden de nuestro amor, de su lugar en nuestras familias, de que seremos siempre su gran apoyo. MAMÁ... que palabra tan importante, cuanto encierra esas cuatro letras y que poco valor le damos a veces. No lleva apellido, ni coletilla, MAMÁ sin mas. HIJ@ sin mas.
A lo largo de todo el proceso llevo aprendido mucho, he crecido mucho y seguiré haciéndolo.
Por ti, por mi, por nuestra familia.
Por ti, por mi, por nuestra familia.